En el mes de mayo de 2019 nos planteamos un reto entre La Corporación Viviendo y Reckitt Benckiser en la comuna 18 de la ciudad de Cali: Crear un mundo más limpio. Sí, soñar con la posibilidad de mejorar un espacio y tener un entorno más saludable para quienes lo habitan. Por eso, nos dimos a la tarea de trabajar un tema pertinente como lo es el manejo de residuos sólidos. Nos empezamos a dar cuenta en el proceso de caracterización, las representaciones sociales existentes en torno al tema, el rol de los recicladores dentro de la comunidad, las prácticas frente al manejo y por qué en la comuna existían aproximadamente 20 puntos de acumulación de residuos.
Esta compresión de la realidad permitió el diseño de un modelo de intervención que lograra dar respuesta a estas problemáticas y abordarlo desde tres componentes: lo social entendido como la base que constituye el tejido social de la comunidad y se convierte en el soporte para gestar el cambio; lo pedagógico relacionado a los ambientes de aprendizaje que se deben generar para acompañar a la comunidad en el proceso de enseñanza y lo ambiental vinculado a las diferentes interrelaciones existentes entre las personas con el entorno ambiental que lo rodea.
Esta triada conformó una estructura para la ruta metodológica enfocada en un proceso de Información, educación y comunicación (IEC), acompañado de una visión de la recreación guiada y el modelo ECO2. El IEC buscaba fortalecer capacidades dentro de una comunidad y poner en marcha un proceso de movilización social que buscara modificar prácticas culturales frente al manejo de residuos sólidos e higiene. Para esto, fue fundamental establecer acciones como recursos significativos y contextualizados que promovieron la construcción colectiva, la participación activa, el diálogo, la apropiación crítica, reflexiva de los objetivos y contenidos del proyecto.
Para realizar la estrategia IEC fue clave comprender las realidades comunitarias (creencias, ideales, rutinas) y las prácticas culturales, políticas, económicas, ambientales que caracterizan las dinámicas de unos sujetos en un determinado espacio, territorio y/o sector. Al reconocer las dinámicas se tuvieron las pautas sobre lo que “moviliza” “mueve” “hace fluir a la comunidad”; al realizarse este ejercicio, se evidenció cómo lo lúdico, lo contemplativo, lo festivo y los lenguajes lúdico-creativos, elementos claves de la recreación (Mesa, 2011). Surgieron como herramientas para propiciar los espacios de encuentro, participación y apropiación de nuevos aprendizajes.
Estas bases generaron tres líneas de acción estratégicas para abordar el proceso: hogar, comunidad y alianzas. Esta línea de acción se estableció para ser desarrollada en las viviendas de una zona determinada de la comuna 18 con las cuales se trabajó de forma progresiva y continua los diferentes temas del proyecto para analizar los posibles cambios de las prácticas culturales de las familias asociados.
Para la realizar selección de las viviendas, se tuvo en cuenta los resultados de la caracterización socioambiental vinculados a el interés de la comunidad por el tema, la ausencia de sensibilización de la problemática en el sector, la permanencia de zonas de acumulación de residuos sólidos, conocimientos previos de la comunidad sobre el tema, la disposición de los líderes, entre otros aspectos.
Para establecer el marco de trabajo de esta línea, fue crucial definir la población objeto de intervención de forma precisa y detalladamente para la adecuada ejecución del proyecto, por lo que se buscó comprender las rutinas, los espacios de encuentro, las formas cómo se relacionan con el entorno y las temáticas del proyecto. En este punto fue clave determinar los alcances del equipo, el presupuesto disponible, los tiempos de ejecución y las mismas dinámicas territoriales que brindaron las pautas para definir el rango de acción.
La línea de comunidad se estableció dentro del proyecto como un espacio de encuentro de los diferentes actores comunitarios (niños, adolescentes, jóvenes, adulto, adulto mayor) que habitan un determinado espacio (Institución educativa, barrios, sector, grupo, etc.).
A diferencia de la línea de hogar, la frecuencia de intervención de esta línea no se desarrolló durante un tiempo continuo; por el contrario, fueron encuentros concretos que se establecieron dentro de las dinámicas institucionales y comunitarias; esto con el fin, de darle respuesta al problema que guío la línea, el manejo inadecuado de los residuos sólidos e higiene en las zonas públicas de la comuna 18. Por lo tanto, se organizaron 4 etapas de intervención para sensibilizar y formar a 3800 personas de la comuna 18 frente al tema de interés, esto se llevó a cabo en diferentes espacios de la comuna; sector del Árbol, 3 instituciones educativas y 5 sectores afectados por la inadecuada disposición de los residuos.
Durante el acercamiento con la comunidad del Árbol, y cómo se mencionó en la etapa anterior, los niños y niñas resultan ser actores claves dentro de los procesos de cambio y transformación. De ellos logramos identificar que existe un interés latente por aprender, jugar, conocer y experimentar cosas nuevas, se interesan por el cuidado del ambiente y reconocen su incidencia en las problemáticas del manejo de residuos en su sector.
También identificamos la importancia de fortalecer valores de convivencia como el respeto, el diálogo, la disciplina, la responsabilidad, la actitud crítica fren te a sus propios comportamientos y el entorno que habitan. Por lo tanto, se realizó por un periodo aproximado de 2 meses, un proceso guiado por lenguajes artísticos como la danza (break dance), el teatro, la música, el clown y lo gráfico- plástico, el cual estaba dirigido a construir con los niños(a) un mensaje de concientización sobre las problemáticas ambientales causadas por el inadecuado manejo de residuos sólidos e higiene; este proceso fue guiado por grupo “Entre Artes” quienes hacen procesos de intervención mediados por el arte y la recreación.
Aquí fue esencial comprender el arte como una oportunidad de explorar y crear; dado que, permite a las personas descubrir habilidades y destrezas que desconoce, tener conciencia del cuerpo, de su mente y su ser. En esta etapa nos interesó establecer un equilibrio entre el arte y la recreación posibilitamos espacios donde las personas se encontrarán para construir colectivamente objetivos, resolver conflictos y establecer conjuntamente el resultado del proceso.
El arte nos posibilita el espectáculo y la recreación dinamiza el proceso colectivo, por tanto, se intentó elaborar un proceso que no se centrará en lo instrumental o asistencialista; es decir, no buscábamos que los niños aprendieran de una forma u otra la disciplina artística, sino que fuera una experiencia significativa para aprender sobre el cuidado del ambiente, fortalecer valores y mejorar las relaciones entre pares. Para lograr el mensaje, el proceso se dividió en una serie de encuentros, en los cuales, los niños(a) pudieron conocer sobre los diferentes lenguajes artísticos, explorar las técnicas a través del juego, crear un montaje escénico.
La línea de alianzas se trabajó en el marco del fortalecimiento de la red comunitaria e institucional de la comuna 18, entendidos como los recursos ambientales y sociales dentro del territorio que dan respuesta a las distintas problemáticas frente al tema. Se encontraron actores claves dentro del proceso que favorecieron articulaciones para llevar a cabo acciones colectivas y formativas frente al buen manejo de los residuos sólidos.
Con relación al proceso de formación planteado con los líderes de la comuna, no se logró realizar debido a la contingencia del COVID 19, por lo tanto, se replanteó la estrategia y se realizaron cuatro sesiones virtuales por medio de Facebook Live del proyecto Cambiente, con cuatro temas fundamentales: el uso del agua, manejo de residuos, la solidaridad e inteligencia convivencial y desarrollo sostenible; estos temas se plantearon en torno a los retos que surge en cada uno debido al COVID 19.
El parque diseñado con madera plástica
La interacción con el contexto, los niños y niñas en el sector del Árbol permitió visibilizar la necesidad de un espacio de recreación. El parque es un espacio de gran significado, especialmente para los niños(a), y por lo tanto para sus familias; es el lugar de encuentro, creación, resistencias, pero que también se ve afectado por las prácticas inadecuadas en el manejo de los residuos. A partir de la experiencia del equipo en las diferentes acciones que se desarrollaron, se vio la necesidad de generar estrategias con los niños y niñas habitantes del sector El Árbol y lugares aledaños para promover el buen uso del tiempo libre y abordar los temas de la línea de hogar.
Por ello, se planteó la metodología placemaking (construir lugares), esta es una herramienta para la re-significación y transformación de espacios públicos urbanos. Tiene como objetivo el reanudar la vida pública, mediante intervenciones espaciales claves para el mejoramiento de su percepción y relación. Con ella se desarrolla la construcción de simbolismos espaciales que son fórmula para regenerar relaciones y tejidos sociales de vecinos, vecinas como también niños y niñas a partir del vínculo con su entorno que se genera desde una base 0, en la cual, ellos mismos construyen a partir de los intereses en común, el espacio que desean habitar. Generando una democracia territorial y cotidiana desde el espacio público, ligando los diferentes actores públicos, privados y comunitarios desde las responsabilidades compartidas para la transformación y el desarrollo de su comunidad.
La Intervención buscó fortalecer conexiones, relaciones y actividades entre las personas que habitan el sector, junto con su único espacio “libre” y “público” a cielo abierto con el que cuentan y se comparte a pesar de las diferencias sociales y de diversos grupos etarios. Para los niños este es un lugar donde se desarrollan a través del juego y la ocupación del tiempo libre que ha medida de su crecimiento necesitan un mayor apoyo y fortalecimiento en deporte y recreación, como lo es para los adultos un espacio en el que reúnen a tomar un descanso, hablar con sus vecinos e interactuar a partir de juegos como el “parqués y el dominó” entre otras actividades que maximizan el valor de su tejido social. Además, el poder de sus acciones colectivas y de buenas prácticas culturales y territoriales, donde gracias a la disposición adecuada de residuos, lograron gestionar materia prima como botellas plásticas, para crear y reforzar la infraestructura que se instaló dentro de la intervención.
De esta forma, las distintas acciones movilizadas lograron fomentar en los habitantes del Árbol unas mejores prácticas frente al adecuado manejo de los residuos sólidos, somos conscientes que toda la tarea no está resuelta y aún se deben continuar estrategias de formación que entienda las necesidades y el contexto del territorio para avanzar hacia la transformación de hábitos y prácticas a un manejo integral de residuos y que al final se convierta en un elemento constitutivo de la cultura.
Nos enfrentamos a grandes retos en el trabajo con este tema teniendo en cuenta que se parte de un elemento vital como son las prácticas que radican en lo cultural y asimismo, en unas condiciones estructurales que permitan la viabilidad en el tratamiento de los residuos sólidos, por ejemplo, debe existir un compromiso por parte de las entidades públicas para adaptarse a las políticas de gestión de residuos desde el PGIRS y sobre todo a garantizar las rutas selectivas y a generar más programas y proyectos de educación que apunten a fortalecer capacidades en las personas frente a un adecuado manejo de los residuos.
Indicadores Proyecto Cambiente
- 300 familias encuestadas
- 20 puntos de acumulación de residuos identificados en la comuna 18
- 2256 Personas fueron sensibilizadas a través de estrategias de educación y comunicación
- 3068 Personas fueron sensibilizadas a través de estrategias virtuales
- 98 actividades de sensibilización entre bingos, talleres, cine foros, jornadas lúdicas
- 806 familias mejoraron sus prácticas de separación en la fuente y adoptan prácticas de reciclaje en sus hogares.
- 6 alianzas con organizaciones ambientales y sociales.
- Implementación de un sistema de compostera comunitaria
- 1 parque elaborado en madera plástica
- 205,3 kg de residuos sólidos recolectados con la comunidad para el parque
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